Esto no pretende ser una discusión sobre la veracidad del mito de la Atlántida.
No vengo con un torrente de datos que puedan convenceros sobre la existencia de una tierra legendaria perdida en la mitad del océano. Para ser franca, no me interesa la verdad de ello demasiado.
Soy Atlantómana, Atlantópata o Atlantófila.
He sido seducida como tanta otra gente de hartas generaciones por la utopÍa, por la tragedia del destino. La Atlántida es un disparador de fantasía, una excusa para la quimera.
Pocos temas hay tan ingratos como ella, conocida tanto por sabios como por charlatanes.
Todos imaginamos un lugar.
Nunca se hallaron restos arqueológicos y esto nos hace profundamente libres.
Hay tantas teorías como pensadores existen y los 3000 años transcurridos desde el inicio de la leyenda no han echo más que aumentar el interés.
Antes de comenzar os advierto que me escudaré en la ciencia cuando de ello me beneficie, tanto como lo haré en la mentira cuando con ella pueda mejorar lo relatado.
Bienvenidas a Mi Atlántida.